El día que se hizo esta práctica en clase, no estaba, pero yo también pondré nombre a la tutora de la clase, para decir que rasgos debe tener.
Mi hipotética tutora se llamara Esther. Nombre elegido por mi profesora de filosofía en el instituto, y por una amiga graduada en magisterio. El nombre ya me suena a maestra. 😜
Para mí, Esther debe tener vocación por su trabajo. La vocación por enseñar hará que sea, y será importante, una persona implicada en la tarea, comprometida y perseverante con ella.
Esther debe tener una formación, tanto en su materia, como en la habilidades docentes comunes (habilidad lingüística-comunicativa, habilidad social-relacional, habilidad digital...). Ella ha de ser compresiva, o mejor empática con los alumnos.
Ella debe entender los problemas a los que se enfrentan estos día a día. Y, enfrentar esos problemas con profesionalidad, basándose en su formación y valores humanos.
Para que sus alumnos no pierdan la motivación, ella debe ser innovadora, creativa, impartir su tarea con sentido del humor, teniendo en cuenta las habilidades docentes. Que transmita las ganas de saber mas con su propia curiosidad (ej: haciendo ver cómo se investiga en el aula).
Y, ante alumnos problemáticos, que ya han perdido interés y motivación por el aprendizaje, tener paciencia y trabajar con otros profesionales para la nueva inserción de los jóvenes en el Sistema Educativo.
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